Televisión
Ya sabes cuál ha sido el tema de las dos últimas semanas, te lo habrás encontrado seguro porque ha estado en la pantalla todos los canales (hasta en los que no se atrevían). Las audiencias no engañan, por muchos que luego haya críticas en los hashtags de los programas: si ha sido lo más visto, es que muchos lo han querido ver. Aquí no vale eso de «lo veo para criticarlo» como algunos hacen con partidos de equipos rivales. Si lo has visto, es que querías verlo. Pero tanto si lo has visto como si apagaste la tele ese día, te recomiendo que veas este otro vídeo. Si no te entra hambre de croquetas, vas por buen camino.
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No puedo evitar seguir con la comida, esta vez pizzas. Ha sido casualidad (¡supongo!) pero estaba planteándome si comentar la gráfica de Domino’s cuando veo la de Detran MS que también incluye una pizza. Y ahí ha sido cuando me he dado cuenta de que tenía hambre. No creo que mi estómago se haya sincronizado con mi Feedly (¿sería el futuro del Internet de las cosas?) y menos a estas horas. Pero me ha recordado la importancia de elegir bien el momento comunicativo, lo mismo que en el párrafo de televisión. Resumiendo para que no te quedes con las ganas, de Domino’s quería decir que podrían haber elegido mejor los muebles para que pareciesen ingredientes, como el puff oliva.
Cine
Conocía el proyecto 5S de Movistar+ pero no sabía que existía la versión cine (y parece ser que llevan ya 5 años en marcha). Hacer una sala accesible no es solo facilitar el movimiento de una silla de ruedas, también posibilitar que personas ciegas o sordas puedan disfrutar de la película. Lo cuenta Ángel García en la iniciativa «Pienso, luego actúo» de Yoigo (a la que llaman branded doing). El sistema funciona con una app donde elegir si añadir audiodescripción, lenguaje de signos o subtítulos. No hace falta más, parece sencillo, ¿no? Lo malo es que no están todas las películas. Espero que no haya que esperar otros 5 años para ampliar la base de cines participantes.
Internet
Me encuentro estos días acabando de probar unas cuantas herramientas para mis próximas clases (algunas funcionalidades merecen la pena así que las iré contando en futuros ebooks, entérate en mi newsletter) y he reconfirmado un par de cosillas. 1/ El login social es muy práctico pero hay que tener mucho cuidado con cuántos permisos se dan a cada herramienta (no es recomendable compartir información de algunos perfiles). 2/ La clásica recomendación de «reinicia» funciona. Aplicada al login social sería «desvincula y vuelve a vincular la cuenta». Y 3/ algunas herramientas aprovechan para que les sigas en redes pero otras te piden tu mail para enviarte recordatorios para que compres la versión de pago (sí, suelo utilizar las gratuitas). No sabría decir cuál es mejor estrategia, ¿y tú?
El content strategist es el responsable de definir la estrategia de contenidos, incluyendo la de content curation. Por tanto, decide los criterios que debe seguir el content curator para elegir qué pieza de contenido compartir.
Imaginemos un escenario en el que has configurado tus herramientas con una buena selección de fuentes de información y ya tienes varias piezas potencialmente interesantes para compartir entre tu comunidad. Ahora te toca decidir y elegir la pieza más adecuada entre un montón de artículos, vídeos, infografías, etc. ¿Qué características han de cumplir esos enlaces para que pasen tu filtro y los recomiendes? Por ejemplo, piensa en tu último retuit: ¿por qué te pareció buena idea hacerlo?
La respuesta que deberías haber dado es que sigue la estrategia de contenidos. El trabajo del content editor (o el perfil equivalente) es asegurarse de que todas las publicaciones respeten:
La línea editorial. En la estrategia se deja claro cuál es la temática y el enfoque de los contenidos que se crearán y curarán. Por ejemplo: serán artículos interesantes para nuestra audiencia porque se ciñen a un territorio concreto y son novedosos, útiles, técnicos, prácticos… En otras palabras: se puede curar lo que nos hubiese gustado escribir.
La guía de estilo, en la medida de lo posible. Aunque sean recomendaciones de otras personas/medios, se debe intentar cuidar que la imagen de la empresa no se distorsione. Por ejemplo, no es importante si el artículo que se va a compartir hablar de tú/usted al lector pero quizá sí que haga algún tipo de discriminación.
Algunas herramientas automáticas parecen hacer el trabajo por ti porque te seleccionan alguna pieza por encima de otra (por ejemplo Nuzzel o Paper.li) pero lo hacen siguiendo sus algoritmos, es decir, su propio criterio y no tiene por qué coincidir con el tuyo. Pero mientras lees algo piensas «me gusta» o «no me parece interesante», ¿a que sí? Seguramente es por algo más objetivo que se puede racionalizar para que otras personas seleccionen igual los contenidos cuando no lo hagas tú (vacaciones, ya sabes).
Te propongo 10 criterios para elegir qué compartir en tus redes sociales (según mi prioridad):
Fuente
Elegir solo fuentes fiables debería ser la prioridad indiscutible de todo curator. Aunque algunas veces cueste encontrar (y verificar) la fuente original, hay que intentar no dar nunca visibilidad a los que se aprovechan de contenidos de otros haciendo C&P.
Temporalidad
Los contenidos publicados hace meses pueden seguir siendo interesantes y hay otros que caducan rápidamente. Elige: ¿prefieres lo atemporal o lo de rabiosa actualidad?
Formato
Primero habría que fijarse en si es un artículo, vídeo o imagen pero también en su extension o duración. Según el objetivo y el canal, puede ser recomendable algo más corto o quizá más largo. Tú decides.
Nivel
Si el contenido que creamos está pensado para la audiencia, lo que recomendamos tiene que estar adaptado a su compresión. Como decía antes, tiene que ser tan bueno como si lo hubiéses hecho tú y eso incluye el nivel.
Consumo
Quizá sea porque me dedico a las palabras pero no me gusta compartir algo que encuentro mal escrito, ya sea por tener faltas que duelen a la vista o por darle vueltas al tema sin aportar nada (la ortografía no es la única manera de escribir de pena). Ten en cuenta que las dos cosas afectan a tu reputación.
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Mantener un blog tiene un coste y se acepta que se utilice alguna vía para rentabilizar los contenidos, siempre que sean de calidad. Decide si por leer el contenido merece la pena tener que cerrar varios mensajes publicitarios, dejar el correo para descargarse un ebook o si el post está patrocinado por otra marca.
Social
Algunas herramientas como Scoop.it y Feedly te dicen cuántas veces se ha compartido un artículo en general (o si lo han hecho tus amigos como Nuzzel). Además, está BuzzSumo o SharedCount para webs. Pregúntate: ¿es mejor compartir algo muy conocido o dar a conocer algo menos popular?
Ego
Curar contenidos puede resultar complicado para aquellos que tienen un problema de ego. Los reconocerás porque solo comparten algo de otras personas cuando trata sobre ellos mismos. Pero mira la estrategia con mayor perspectiva: ¿quieres que hable de ti o que ofrezca puntos de vista complementarios?
Cercanía
Aquí encajan 2 criterios en 1. Por un lado, puede interesarte compartir contenido de alguien que conoces o quieres conocer y, por el otro, una empresa o medio de la zona para darles reconocimiento a su labor. Este criterio es útil cuando hay varias personas hablando de lo mismo y has de decidirte rápidamente. Elegir por afinidad es más fácil pero no siempre mejor.
Idioma
Es el criterio menos importante para mi, ya lo comenté, pero reconozco que hay quien lo considera el motivo principal por el que no compartir un contenido.
Después de leer/ver las piezas, califícalas según estos parámetros: ¿los cumplen o no? No hace falta que sean todos, pero sí te recomendaría que fuesen al menos 3 criterios para asegurarte de que pones algún filtro a la hora de elegir qué compartir en tus perfiles. El trabajo del curator es seleccionar contenido, en ello se va la mayor parte del tiempo.
Para ayudarte a decidir cuál es más importante para tus contenidos, te dejo los factores que influyen a leer contenido creado por marcas, según el ebook «The elusive C-suite: content that cuts through«.
Cine
Estos días se habla mucho de las nominaciones a los Oscar. Los enfoques son diversos: sorpresas entre las películas, ausencias entre los nominados, recuento de nominaciones… y momentos históricos que, en este caso, no es más que ser el primero en algo. «Black Panther» entra en esta categoría y no sé por qué me sorprende porque a mí esta película no me convenció del todo (no tengo criterio, está claro). Por cierto que el año pasado «Logan» (que sí me gustó) estuvo nominada a guión adaptado. También se habla de que no haya presentador pero menos porque a la gente lo que le preocupa es quién gana y quién pierde, sus caras, sus discursos, su ropa… Lo que pasa «entre premios» no es tan relevante.
Internet
He escrito mucho sobre herramientas para crear y gestionar contenidos. Me gusta probarlas, creo que forma parte de mi trabajo docente. Pero suelen quedar rápidamente desactualizadas porque llegan otras o porque dejan de existir. La tarea de «estar al día» puede ser complicada. Además, muchas son de pago y no tengo un presupuesto asignado a «probar herramientas». Sí, las gratuitas pueden ser suficientes en muchas ocasiones cuando se trata de modelos freemium pero las que cobran desde el registro despiertan mi curiosidad. He hecho una encuesta en Twitter sobre ello y los resultados están bastante equilibrados (aún tienes un día para contestar).
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Ha sido una delicia leer el artículo que han publicado en MotorPasión sobre el tabaco en MotoGP. Por si no es un deporte que te interese especialmente, debes saber que antes las tabacaleras se podían anunciar en las motos pero hace un tiempo que ya no. Ahora es una prohibición mundial pero mientras era solo en algunos países resultaba curioso ver cómo tapaban esos logos. Sinceramente pensaba que todas las marcas habían huido: si no podían demostrar su apoyo, ¿para qué seguir pagando? Quien busca rentabilidad sabe la respuesta pero no todos se fueron porque no era rentable. Resulta que Philip Morris se quedó en Ducati, aunque no se viese en pantalla. Una decisión arriesgada pero valiente, lo mismo que subirse a una moto.
Televisión
En cualquier deporte hay ganadores, es la base de la competición. Lo mismo que en un concurso, alguien tiene que ganar. Los premios que se van acumulando programa tras programa se cargan un poco esta ilusión. Aún así tienen audiencia. Claro que el audímetro sube al saber que se llevarán el premio gordo. Quizá sea que congrega todos los que creen que leer mucho ha de tener recompensa o a los que piensan que ya iba siendo hora de que dejasen espacio para otros concursantes. En cualquier caso, a mí los botes millonarios no me convencen: ¿por qué dejan que se queden acumulando dinero si han perdido el reto final? Mejor que traigan a otros para que lo intenten.
¿Quién no ha hecho una lista en algún momento de su vida? En la personal, la de la compra seguro que ha caído y, en la profesional, la de tareas para hacer (y que tan bien sienta tachar). Este tipo de listas son de creación propia y privada, aunque se vuelven públicas cuando las convertimos en artículos y añadimos un número en el titular. Los títulos en formato lista suelen dar buenos resultados a la hora de escribir el post: ordenan ideas simplificándolas y generando curiosidad. Por cierto: el 5 es el elegido para presidir el top de números usados en artículos de listas, según BuzzSumo.
Una lista también puede definirse considerando la manera en que se ordenan. El alfabético o cronológico es un orden objetivo muy sencillo y quizá por eso el más habitual. Pero incluso las enumeraciones sin orden aparente siguen algún criterio subjetivo, como las preferencias del redactor/curator (por ejemplo mis guías en 10 pasos).
Tipos de listas (fuente: elaboración propia)
Listas curadas en redes sociales
Si hacemos content curation como estrategia de contenidos básica para redes sociales, no hace falta escribir nada para crear una lista. La mayoría de redes tienen alguna funcionalidad relacionada con las listas (aquí va la primera del post, según mi ordenación):
Twitter
Se utilizan para agrupar usuarios y seguirlos más fácilmente (por ejemplo temáticamente como hago en las mías), también podríamos decir que los hilos son listas de tuits propios y los momentos de otros. Hay más detalles sobre todo ello en mi guía de content curation en Twitter.
Facebook
Los usuarios podemos hacer listas de amigos para elegir la privacidad de las publicaciones. La versión en las páginas de empresa es añadir otras páginas como favoritas. Si quieres saber más, también tengo una guía sobre content curation en Facebook.
Instagram
Se puede hacer lista de «Mejores amigos» para distribuir Stories pero, de momento, no es posible hacer listas para seguir cuentas concretas. Parece lógico que Facebook tampoco piense en desarrollar esta funcionalidad aquí.
Podemos hacer tableros que, aunque no lo parecen, también pueden ser listas si les ponemos el título adecuado.
Google+
Hasta que cierre dentro de unos meses, permite hacer colecciones para compartir enlaces temáticos desde el perfil.
Las que acabo de apuntar son listas abiertas, es decir, pensadas para que puedan actualizarse cuando lo requiera el usuario. Visto así, también son listas los enlaces atesorados en otras herramientas de content curation como Flipboard o Pocket, incluso los posts de un blog son una lista categorizable.
Pero me es difícil considerar a ninguno de esos casos como listas porque hay muchos ítems y hace falta paginar los resultados. Esto hace que se pierda la lógica de simplificación de una lista: la gente no quiere tener que elegir entre 200 artículos, prefiere los 5 mejores. Eso es una lista, lo otro sería una agregación de posts.
10 usos de las listas en content curation
Si has leído algún artículo con sugerencias sobre lo que escribir cuando la inspiración pasa de largo de tu teclado, seguro que te habrán sugerido que hagas una lista. ¡Hay muchas opciones! Te apunto 10 ideas que espero despierten tu imaginación (sin orden aparente):
Artículos recomendados sobre tu sector (por ejemplo, mi newsletter).
Ejemplos de buenas/malas prácticas para compartir con tu equipo.
Estadísticas sobre el sector que sirvan para tu argumentario de ventas.
Páginas de potenciales clientes a los que intentar visitar.
Perfiles de usuarios que merezca la pena seguir.
Opiniones de clientes en varias redes sociales.
Materiales que pudiesen utilizarse como bibliografía para futuros artículos.
Imágenes o vídeos que te motiven.
Añade listas a tu calendario editorial, prepáralas para tus reuniones de trabajo o úsalas como más te convenga pero estoy segura de que te ayudarán. Y, si no, ¡haz un post sobre ello porque es rarísimo!
5 herramientas para hacer listas
Las listas son un tipo de contenido imprescindible, tanto para hacer content curation como herramienta de productividad personal. Además, las listas también pueden ser de contenido propio (por ejemplo mi post con aprendizajes de 2018) o una mezcla de ambas fuentes de origen si se combina con recomendaciones de otros.
Hay muchas opciones pero te comento las 5 herramientas para hacer listas que me parecen más interesantes (todas gratuitas):
Empezó siendo vista como una alternativa a Storify pero no deja de mejorar así que cada vez es más diferente, lo cual se agradece. Se pueden hacer listas con cualquier URL y hasta PDF, modificando fácilmente la parte visual. Cuidan mucho la parte abierta de la curación: no hace falta registro para crear una lista y acaban de añadir la posibilidad de editar una a la que te hayan invitado. Mira mis listas en Wakelet.
Aparentemente, la más orientada a negocios quizá por eso la versión gratuita incluye un banner demasiado grande para mi gusto (puedes verlo en la única lista que he hecho con ellos sobre calendario estacional 2018). Su funcionalidad de pago para hacer newsletters curadas es única en esta lista (hablé de alternativas en mi post sobre herramientas fáciles).
Lleva unos cuantos años en el mercado y sigue igual que el primer día (¿algo bueno o más bien malo?). Sus colecciones son como carpetas en las que se van guardando los enlaces lo que hace que todo parezca más ordenado. La gran diferencia respecto a las otras es que puedes previsualizar el link antes de visitarlo. Mira mis listas en Pearltrees.
Una vieja conocida para listar sitios web, etiquetarlos y añadir votos de los usuarios para ordenar los ítems (además de los habituales criterios de orden y alfabético). Varias funcionalidades son de pago y la sincronía con las listas de Twitter ha visto tiempos mejores, pero la base sigue funcionando bien. Mira mis listas en List.ly.
La parte visual de esta herramienta es muy parecida a un directorio, lo cual puede ser bueno en determinadas ocasiones. La única de las 5 que no utilizo pero tienes un ejemplo en la lista de Robin Good sobre content curation. Una opción muy similar en cuanto a diseño pero como plugin de WordPress es Curated List Manager.
Todas estas herramientas permiten incrustar sus listas/colecciones y seguir a los curators que las han creado. Aunque tengan funciones de pago, las versiones gratuitas son suficientes para organizar listas que quedan bastante bien. Como siempre a la hora de elegir herramientas de pago, la inversión será rentable o no según el uso que le vayas a dar.
Internet
En época de resúmenes del año anterior y tendencias para el siguiente, es fácil que alguien aproveche algún post y simplemente le cambie la fecha o el título para poner el año nuevo. Es demasiado sencillo, tanto que puede hacerse sin fijarse en los detalles y saliendo el tiro por la culata: en lugar de ahorrar tiempo, se tarda el doble en arreglar el error. Me he encontrado con varios casos últimamente. Los clásicos enlaces a páginas que ya no existen, capturas de pantalla antiguas, datos desactualizados… Así, lo que empezaba siendo un artículo interesante, acaba siendo un despropósito que afecta a mi confianza a esa fuente.
Televisión
La mezcla de series que hay en parrilla puede resultar confusa para según qué televisor. Tenemos capítulos de series de otra época, como «MacGyver» o «Magnum» que no se pueden comparar con el original, pero tampoco lo intentan (a ver «Perry Mason«). También hay spin off de series que van desde los varios escenarios de «NCIS» a las varias profesiones de «Anatomía de Grey» y «Estación 19». Además, hay de series basadas en libros y en pelis, aunque también las hay que nos hacen disfrutar con guiones ¿diferentes? Elegir es cada vez más difícil pero lo bueno es que, precisamente porque hay variedad, puedes elegir según tu estado de ánimo.
Cine
Sigo con lo de «otra época» porque entre los reboots que intentan revivir una saga y los que vuelven varias décadas después, llega un momento en el que no sé en qué época de mi vida estoy. ¿»El príncipe de Zamunda» tendrá una secuela? ¿Los «Bad boys» vuelven 25 años después? No entiendo nada porque, de verdad, de verdad de la buena, ¡no hace falta! Espero que el guión no recurra a bromitas de la edad estilo «estoy muy mayor para esto» como diría Murtaugh (el original, no el del párrafo anterior). No se me ocurre nada que me pueda interesar saber de estos personajes, no necesito saber si han tenido hijos, si están retirados o cualquiera de los recursos habituales. Prefiero recordarlos en mi/su juventud.
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Si los jingles publicitarios se te meten en la cabeza y sirven para recordar una marca, lo de Bosch tiene que serlo (aunque sea el remake de una canción). Es una musiquilla que acompaña bien las acciones del protagonista y pega batantes… quizá lo suficiente como para seguir cantando un rato y no leer la letra pequeña del spot. Si, como yo, te dedicas a pausar el vídeo y leerla verás que avisan de que las funcionalidades mostradas quizá no están disponibles en ningún sitio. Y que usen la palabra universal me divierte, considerando que hablan del Internet de las cosas.