[Contenidos] Qué se puede aprender de «Pesadilla en la cocina»

En el programa de Gordon Ramsay «Kitchen nightmares» (igual que en su versión española con Alberto Chicote «Pesadilla en la cocina»), este reconocido chef endereza restaurantes que van por mal camino y los mejora para convertirlos en locales de éxito. Se encuentra con todo tipo de empresarios y trabajadores, de diferentes lugares, categorías y tipos de cocina.

¿Qué se puede aprender de «Pesadilla en la cocina» aplicado a los contenidos? Pues que el proceso de aprendizaje por el que pasan los protagonistas también se puede aplicar a las empresas (o agencias) que manejan contenidos sin saber muy bien qué hacen. Algunos consejos sirven tanto para restauradores como para responsables de contenidos (y en realidad para cualquiera):

  • Pide ayuda a quien ya haya pasado por tu situación: muchos de los que salen en el programa deben dinero a proveedores y tienen pérdidas que aumentan cada día. La frase más repetida de las introducciones previas es «el chef Ramsay es mi última esperanza antes de cerrar». Él tiene experiencia así que es una persona a quien respetar las opiniones, a quien hacerle caso. Casi siempre, aunque al principio haya rencillas, todos acaban dándose cuenta que sacar a relucir lo malo es útil para mejorar y remontar el restaurante.
  • Trabaja de lo que te gusta y sabes hacer: no todo el mundo sabe llevar un negocio, ha habido muchos ejemplos de gente que no sabe delegar, que no se fía de sus trabajadores. Y también algunos de todo lo contrario, que se fían demasiado y les toman el pelo. Si te dejas asesorar, has de confiar en lo que te dicen pero, repito, quien ya haya pasado por ello y haya salido triunfante, no de quien no quiere cambiar porque le conviene no hacer nada. Moraleja: no dirijas un restaurante si no sabes. O, segunda moraleja: dedícate a tu negocio y subcontrata lo que no sepas a profesionales en quien puedas confiar.
  • La actitud lo es todo: Ramsay habla de disfrutar cocinando, de amar al restaurante, de pasión. Aplicado a contenidos, exactamente igual. El redactor ha de disfrutar, ponerle ganas a sus textos para que también quien lo lea sienta lo mismo. Y quien lo encarga también tiene que amar a los contenidos y tomarlos en su justo valor. Como decía hace un par de números en mi newsletter, hay que creer que los contenidos pueden aportar y mucho al negocio. Y cuando se trata de un negocio solo de contenidos (como si fuese un restaurante), aún más.

Por otro lado, además de cambiar la actitud de quienes trabajan en el restaurante, en cada programa se sigue el mismo esquema y se modifican dos cuestiones importantes también para los contenidos:

  • el diseño: Ramsay redecora los restaurantes, muchas veces sus logos y uniformes para darles una identidad corporativa. En contenidos, es básico tener como aliado al diseño pero también cada palabra tiene que transmitir quiénes somos.
  • la carta: también la cambia, la adapta al entorno geográfico y a esa identidad reencontrada. La hace más digerible porque muchas veces está llena de platos que ensucian esa imagen pero también quita cantidad a los platos para centrarse en calidad. En contenidos, la carta podría ser cada canal y los platos cada pieza que publicamos: calidad mejor que cantidad y siempre adaptada a quien lo leerá.

Aunque «Pesadilla en la cocina» es un programa de televisión en el que no intervienen escritores, también se puede enfocar desde una perspectiva de contenidos y sacar aprendizajes después de ver por lo que pasan los protagonistas y las soluciones que pone el experto. Este posts es un ejemplo de inspiración.

4 comentarios en «[Contenidos] Qué se puede aprender de «Pesadilla en la cocina»»

  1. ¡Estupendo artículo y enhorabuena por tu libro que lo acabo de comprar hace nada!

    La verdad son programas muy aplicativos a muchas disciplinas, a los contenidos, y mismamente para Diseño que es en lo que formo yo…

    Pasión, creatividad, cuidado por los detalles, trabajo duro, buscar la excelencia, no ser conformista… Buenas cualidades que estos programas televisivos muestran y que contrastan con la «pereza mental» que enseñan a tener otros realities tipo GH y otros similares.

    Aunque no dejan de ser un «show» por supuesto, y están muy guionizados… por lo menos hay cierta intención divulgativa, cultura emprendedora y didactismo en cosas como Masterchef, el de Tabatha, o Pesadilla en la cocina, entre otros…

  2. Gracias Jesús por dejar tu comentario (y por el libro!). Sí, el guión se nota y precisamente es una de las quejas de algunas personas: repetición de esquemas, falta de originalidad… y demasiado drama personal para ser un programa de cocina (o de peluquería). Tiene que haber televisión para todos, incluso para los fans de GH 🙂

  3. Lo del drama en los realities creo que es inevitable que lo añadan al mix: el televidente medio no está preparado para aguantar dos horas o más de «televisión educativa», y los guionistas lo saben, así que intentan añadir giros, llanto, romance, drama y conflicto, etc.

    El concursante que va allí tiene que ser consciente de eso… Pero vamos, por lo menos si hay una parte del «mix» que tiene un poso de practicidad y lecciones vitales/profesionales, a mí por lo menos no me importa.

    Lo de GH no me importa en sí mismo más que por el hecho de que tantas ediciones ya creo que no aportan nada: el «experimento sociológico» podía tener sentido dos/tres veces, pero es difícil no agotar las fórmulas, sobre todo si no se dejan reposar y se combinan con otras temáticas.

    Pero vamos, sin querer meterme con nadie ni sus gustos —Dios me libre—, lo de GH se ha creado fama de ser más bien para «descerebrados» (conste que esa fama no se la he creado yo, «no matéis al mensajero») y supongo que por algo será… que también entiendo a quien ve la tele o las pelis para no pensar, pero vamos, hay otros perfiles a los que no nos dice nada de na’

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