[Contenidos] Datos del uso de la IA generativa en marketing de contenidos

Llega esa época del año en que aparecen informes con tendencias y el del Content Marketing Institute es un clásico que siempre trae datos interesantes. Para el «B2B Content Marketing Benchmarks, Budgets, and Trends: Outlook for 2024» han añadido preguntas sobre la inteligencia artificial generativa y resulta que el 72% dice utilizarlas.

Apunto los datos:

  • ¿Para qué se usa la IA? Para sacar ideas de nuevos temas, buscar titulares o keywords y escribir borradores.
  • El 91% utiliza herramientas gratuitas; el 38% las que están dentro de su sistema de creación o gestión de contenidos; y el 27% paga por herramientas específicas.
  • El 31% tiene alguna guía de uso para herramientas de IA generativa.
  • ¿Por qué no se usa la IA en contenidos? Al 36% le preocupa la precisión y al 22% problemas de copyright, aunque el 27% dice que es por no tener formación.

Muchos encuestados dijeron que la IA sería tema de discusión en 2024… ¿alguien lo dudaba si ya está dominando el 2023?

Datos sobre el uso de contenidos en B2B

El resto del informe de CMI tiene igualmente estadísticas interesantes. Apunto algunas pistas a tener en cuenta, siempre con la perspectiva de sea solo para B2B:

  • El 51% de las empresas grandes tiene un departamento de contenidos centralizado.
  • El 70% integra los contenidos en la estrategia de ventas, comunicación o marketing.
  • El 44% dice que el reto es crear contenido de calidad.
  • El formato más usado son los posts cortos (94%), vídeos (84%) y casos de estudio (78%).
  • El 79% usa blogs para distribuir su contenido, el 73% newsletters y el 30% podcasts.
  • El 84% prefiere LinkedIn, muy encima de la segunda red social que es Facebook (29%) y de YouTube (22%). De hecho, el 72% dice haber aumentado el uso de LinkedIn este año.
  • Las métricas más utilizadas son conversiones (73%), email engagement (71%) y tráfico web (71%).
  • El 48% dice que el marketing de contenidos se queda con menos del 10% del presupuesto total de marketing; el 29% dice que es entre el 10-24%; y el 24% dice que con una cuarta parte o más.
  • El 42% dice que para 2024 no hay previsión de que suba su presupuesto, aunque, para cerrar en positivo, el 32% dice que aumentará entre el 1-9% y el 13% más del 9%.

Interesante también, aunque negativa, la conclusión de que el contenido no tiene todavía una función coordinada dentro de la empresa. ¡Sigue habiendo mucho trabajo por hacer!

Datos de para qué (y por qué no) se está usando la #IA, además de sobre el uso de los #contenidos, por el @cmicontent. Compartir en X

[Contenidos] Cuánto vender, esa es la cuestión

El tema que recupero de las newsletters que he enviado durante este marzo es la monetización de los contenidos o, en general, el límite entre marketing de contenidos y contenido de marketing (no, no son lo mismo).

La escala ofrece múltiples tonos: del «creo contenido por amor al arte» al «lo hago únicamente porque quiero ganar algo con ello». Seas persona o empresa, puedes moverte de un lado al otro sin tener que dar explicaciones, aunque la verdad es que se suelen dar porque, al ser todos perfiles públicos, hay esta tendencia a justificarse (quizá mitad para convencernos a nosotros mismos de que tiene sentido querer cobrar por lo que creamos, mitad para convencer a los demás).

Una cosa está clara a estas alturas: es posible monetizar la presencia online, tanto directa como indirectamente. La cuestión no es cómo hacerlo, ni siquiera por qué o cuándo es buen momento para dar el paso «al pago» (es raro volver atrás y hacerlo todo gratis de nuevo). Son preguntas que muchas personas han contestado y que ya no me parecen interesantes. Lo que ¡aún! sigue sin resolverse es cuánto:

  • ¿Cuánto es mucho, cuánto es poco, hay un porcentaje correcto?
  • ¿Cuánta promo se considera aceptable en un contenido gratuito?
  • ¿Cuánto puedo intentar vender a los que ya han pagado por una pieza?

La conclusión al final del artículo de Founder SO (vía) es que seguramente más de lo que ya lo estás haciendo. Aquí que cada cual haga su cálculo. El mío para este blog, por ejemplo: está en mi web así que doy por hecho que sabes que soy freelance y me puedes contratar (lo pone arriba en el menú). Por eso te evito elementos promocionales, aunque sí que pongo algún enlace a mis recursos y, claro está, hago posts específicos si tengo alguna noticia que dar, aunque en porcentaje suelen ser pocos.

¿Qué más podría hacer? Insertar en cada post eso de «como especialista en contenidos…» o «en mis 20 años de experiencia…» (solo lo hago cuando viene a colación). También colocar algún banner para que te entrasen unas ganas irrefrenables de hacer clic y contratarme, suscribirte a mi newsletter o comprar alguno de mis libros (eso lo tengo en el pie, sin más). Pero cambiaría mi estilo porque, en el fondo, sigo pensando que este blog es más personal que profesional. Cosas de que me guste escribir.

Cuando hablamos de blogs corporativos o, en general, contenidos generados con un fin comercial, se trata de pasar de audiencia alquilada (redes sociales) a propia (registros) y de ahí a monetizada (clientes). Para eso, sugieren usar lo que llaman «momentos de monetización», una especie de entrenamiento para que no esperen que todo sea gratis.

Por ejemplo, pedirles que realicen acciones concretas y básicas, como interactuar y apuntarse a la newsletter para después, claro, comprar aprovechando alguna oferta exclusiva. De menos a más engagement, si prefieres verlo así. Esto sí que lo cumplo un poco desde que introduje recursos de pago, pero seguro que aún podría hacer más por mis libros.

Entonces, ¿cuánta presión ejercer para conseguir la conversión? Para resultados a corto plazo, quema a la audiencia; si apuestas por una relación con tus clientes, tendrás más paciencia. Por ejemplo, una campaña publicitaria agresiva es lo opuesto al marketing de contenidos. Vender VS conectar. Gritar VS inspirar.

Llegamos a la respuesta que vengo dando desde hace más de una década: equilibrio. Encuentra el que necesitas en tu estrategia de contenidos para atraer y retener a tu audiencia: ¿cuánto valor aportas? ¿Cuánto valor estás dando gratis y cuánto justificaría pagar por esa pieza?

Recuerda tres puntos claves:

  • Considera los objetivos del usuario para consumir tu contenido. No siempre quieren comprar, así que combina diferentes micro objetivos que cubran todo su viaje.
  • No compares el valor que aportas o la calidad de tus contenidos con lo que haga tu competencia. Aunque sea a un nivel que todavía no has explorado, sois diferentes y tenéis públicos diferentes.
  • Insiste, no temas repetirte demasiado. Mentalízate: nadie ve todo lo que publicas, solo los fans y a ellos no les importa porque son eso, fans (no confundir con «simples» seguidores).

Hacerse preguntas constantemente es importante para que la estrategia funcione, así que es posible que el cuánto varíe en el tiempo para ajustarse a nuevas realidades y contextos. Además, siempre puede experimentar (o preguntar a un profesional).

¿Sabías que podría estar cobrándote por leer esto? Pues sí, pero he decidido no hacerlo. #creatoreconomy Compartir en X

[Contenidos] Madurez en el uso de inteligencia artificial

Tenía este tema aparcado, pero con la vorágine GPT4 que estamos viviendo, parece un buen momento para dejar apuntadas algunas reflexiones relacionadas con la inteligencia artificial aplicada al día a día de los contenidos.

El resumen, por si te resistes a leer más sobre ello, es que sigo balanceando mi opinión, con días en que es una ayuda y días en que veo una amenaza. En el punto medio, la frase que tantos se han apropiado que ya no sé quién la dijo originalmente, pero que suena más cierta con cada prompt: la IA no te quitará el trabajo, lo hará alguien que sepa usarla.

Eso lo decimos las personas, pero ¿qué opina ChatGPT de ello? La versión anterior era más tranquilizadora para el sector y contestaba que no, no podría substituir ciertas capacidades humanas (aunque también sabía contar buenos chistes sobre ello). La respuesta de la versión 4, perfectamente formateada en una tabla, viene a decir que sí, sí puede.

En la lista, upsss, varios cargos relacionados con los contenidos (8 de 20), aunque también rasgos que se utilizan en estrategia, redacción y curación. A saber:

  • Puestos: editor (proofreader), traductor, copy, social media manager, transcriptor, periodista, email marketer, content moderator.
  • Características: comunicación, empatía, investigación, organización, planificación, creatividad, redacción, creación, curación, mecanografía, fact-checking.

Si las piernas todavía no te tiemblan, a ver con lo que te cuento ahora. ¿Te acuerdas que hablábamos hace solo un par de meses de si los algoritmos podrían imitar estilos de redacción? Pues ya puedes probarlo con el tuyo: aquí el prompt.

Yo diría que es un camino que puede llevar a la extinción de las ofertas de textos por 1-5€ (de verdad, existen) así que por ahí merece la pena seguirse. Pero también puede llevar a la inundación de más contenido de baja calidad del que nadie pueda filtrar (ni humanos, ni máquinas), así que quizá no es tan bueno.

Es inevitable en este punto hablar de madurez. Lo comenté en mi newsletter el mes pasado y también, spoiler, en el podcast de Super Writer Academy que saldrá en unas semanas: hay quien solo juega, quien busca soluciones concretas y quien ya saca beneficio con una aplicación concreta.

En Writer parten del modelo de madurez de los contenidos para añadirle la capa de uso de herramientas de inteligencia artificial, en resumen:

  1. Chaotic: en la base, como era de esperar, la IA es mejor no tocarla hasta que se tenga una estrategia de contenidos clara.
  2. Piloting: empezar a usar la IA para experimentar, aprovechando a alguien que la conozca bien.
  3. Scaling: cuando ya se usa como apoyo a la creación de calidad, se considera la inversión en una herramienta más potente.
  4. Sustaining: exprimimos más la IA para crear también modelos, briefs y análisis, es decir, tirando más hacia la estrategia.
  5. Thriving: en el top, su uso es para personalizar el contenido, lo que siempre se ha considerado el súmmum.

En este momento, parece que nos encontramos en el uso «medio»: aprovechar la IA como una ayuda para encontrar documentación variada, resumir determinados fragmentos, evitar errores… es decir, para que contribuya a la calidad del contenido con una reducción del tiempo dedicado a ciertas tareas, incluyendo sí, también, aquellas que bloquean a quien escribe con sugerencias, como ya hacían muchas otras herramientas.

Mi experiencia como freelance me lleva a decir que ocurrirá algo parecido a lo que nos pasa con las agencias: los clientes las contratan sin saber que nos externalizan. ¿Acabará pasando que busquen personas sin saber que también «colaboran» con la IA, en menor y mayor grado? Es posible.

Cuando lleguemos al nivel más alto, ¿hará falta un badge para avisar que detrás de un contenido hay alguien humano y no un algoritmo (vía)? ¿Se llegará a discriminar o valorar diferente lo que escriban las máquinas? Una encuesta de Lucas Aisa más o menos relacionada concluye que no… pero estoy segura de que la ciencia ficción se lo está pasando pipa con todo esto. En tiempo presente, ya te digo, según el día.

Es lógico que, mientras estamos rodeados de prompts que cambian nuestra manera de pensar e imágenes que son cada vez más realistas, también aparezcan artículos que defiendan la contratación humana y no la algorítmica (vía), incluso ofertas de prácticas en empresas que claramente apuestan por encontrar los límites de la relación.

Samu Parra apuntaba en Haken que «herramientas como ChatGPT son buenas reformulando información ya existente, pero no tienen capacidad para juzgar marcas o productos cuya historia está por escribir». Quizá en la versión 4 no, pero quién sabe qué nos traerá la siguiente.

¿Qué relación tienes con la #IA? Ayer, hoy y mañana, seguro que diferentes. Compartir en X

[Contenidos] Tendencias en content marketing para 2023

Hace ya un tiempo que se vienen publicando artículos sobre lo que se supone va a dar mucho que hablar en el próximo año. Eso es lo que vendría a ser una tendencia: algo que ha empezado a notarse, va despertando interés y pronto despegará.

Es un tema que sirve para todos los sectores y, de hecho, está relacionado con las tareas del content curator: detectar tendencias es una consecuencia de distinguir sobre qué se habla más o de qué deja de publicarse. Saber qué se cuece también es consecuencia de la experiencia porque lo que más piden los clientes es la mejor forma de prever los pasos siguientes.

Para eso se supone que sirve estar al día de las tendencias pasadas, actuales y futuras (si es que existen), para pisar en la dirección correcta. Pero eso es la teoría, en la práctica no sirven para (casi) nada porque, de un año para otro, hay pocas cosas que cambien. Vamos, que la mayoría de aquello que se decía que pasaría en 2019 o en 2020 seguimos esperando que pase. Esto tristemente demuestra que no por repetirlo pasa más rápido, a veces ni despacio…

Para muestra, un botón: las oportunidades que han detectado desde la AMKT son… ¿nuevas? ¡Qué va! Hace años que venimos hablando de ellas. ¿Y ahora ponen foco para que otros las sigan, ahora son «marketing hot trends»? Es lo mismo que decir que la tendencia en email marketing es cumplir con el RGPD, ¡si entró en vigor en 2018! Ah, que se refiere a la debacle cookieless… ¡pues también llevamos un añito como mínimo hablando de ello!

No, eso no son tendencias: son deberes que no se han hecho. En su momento alguien empezó, pero no continuaron los suficientes y el resto cae con cuentagotas, año tras año.

Así que mi deseo (más que tendencia) para el 2023 está pendiente desde ya ni sé cuándo: dejar de crear contenido basura. Eso implica tener una estrategia, confiar en lo que puede aportar el contenido y darle recursos. ¿Es mucho pedir? Ya veremos el año que viene si seguimos igual o mejor… ¡mientras no sea peor!

Mi tendencia en #contentmarketing para 2023 es… Compartir en X

[Contenidos] El contenido atemporal educa no solo a principiantes

Aviso: empiezo quejándome. Es un desahogo con el que igual coincides, pero si no te apetece leer el por qué de este post, puedes ir directamente al apartado «la solución».

La queja

Ya me cansa el contenido atemporal. Sí, es un chollo tener alguna pieza así porque siempre puede conseguir enlaces y es fácil de promocionar… pero siendo coherentes con el resto de estrategia de contenidos.

Una empresa que lleva «un tiempo» publicando en su blog para una audiencia de nivel «medio», ¿debe crear piezas atemporales «básicas» porque las considera «pilares»? Mi respuesta es negativa y es el motivo de mi queja.

Y es que las más «antiguas» siguen creando piezas «básicas» que quizá sí posicionan bien, pero no aportan nada y solo repiten lo que ya se puede encontrar hasta en la Wikipedia. Casi todos los títulos que empiezan con «Qué es…» suelen ser un refrito y acaban en promoción. Es poco sostenible.

La solución

Las comillas importan porque si digo que es una empresa «nueva» la que está creando un repositorio de contenidos para una audiencia que aún no tiene conocimientos de su producto. Entonces, la respuesta es sí, por supuesto, no hay motivo de queja: debe crear contenido básico para construir su propio repositorio e ir avanzando desde ahí.

El contenido atemporal tiene un objetivo educacional y por eso en la estrategia de contenidos se define el nivel de conocimiento de la audiencia. Debe quedar claro a quién se enfoca todo lo que se publica, sea de actualidad o atemporal.

Imagínate una tienda online de sillas ergonómicas. ¿Quién es su audiencia? ¿Quienes han de tener especial cuidado de su espalda o simplemente gente que pasa muchas horas frente al ordenador?

  • Si se dirige a personas que tienen dolores crónicos, creará contenido diferente de si lo hace a quien tiene molestias, pero aún no sabe por qué.
  • A las primeras no ha de explicarles «las posturas frente al ordenador» (un contenido atemporal más interesante que «qué es la ergonomía») porque tienen problemas médicos más graves, pero para las segundas es una forma de atraerlas.
  • Además, el contenido educativo para principiantes puede alejar a las personas que ya han superado ese nivel hace tiempo porque sienten que no se les comprende.

¿Qué harías tú? Te lo pongo más fácil: las sillas están diseñadas a medida. Entonces, piénsalo bien: son personas con puntos de dolor, necesidades y viajes diferentes.

La solución fácil es no elegir y crear contenidos para ambos. Esto es una mezcla de niveles que van desde «cómo elegir silla» a «vacaciones sin dolor de espalda». Es indoloro, sin dudas de si se ha elegido bien. Lo haría alguien sin mucha experiencia.

La solución difícil es decidir uno de los dos. Es más complicado porque se deja fuera a alguien y genera el estrés de dudar de si se hace lo correcto, por eso es algo que se decidiría desde fuera de la empresa, en una consultoría de contenidos.

La solución intermedia es ir primero a por uno y más adelante por otro. Cuál de ellos ya es cuestión de analizar pros y contras, como quién tiene más poder adquisitivo, cuál está más preparado para comprar o cuál tiene menos competencia.

Sea cual sea, la mejor solución es utilizar la curación de contenido para el público secundario. De esta manera, el contenido atemporal se centra en el principal para ir educándole con nuestra propia voz.

El nivel de conocimiento de la audiencia marca la elección de contenido, tanto educativo como #contentcuration Compartir en X
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