[Contenidos] Junior vs senior, la actitud el departamento

El agua moja, el cielo es azul y las mujeres tienen secretos. Igual de cierto es que el tiempo pasa, pero entonces no sería una cita de “El último boy scout”.

Sí, pasa sin darte cuenta, pero pasa. Y te ríes con esos memes en los que te recuerdan que un día eres joven y al siguiente ya no tanto, o que como mínimo llevas un ritmo diferente. Es otra marcha y no es la quinta.

Pasa porque te pareces, pero has cambiado y ya no eres como cuando empezaste a trabajar en este mundillo. Así que te propongo hacer un poco de introspección con dos preguntas que no querrás contestar, aunque deberías.

  • ¿Crees que haces tareas de junior o de senior?
  • ¿Eres más de la parte táctica o de la estrategia?

Junior vs Senior

El perfil junior suele necesitar supervisión porque tiene menos experiencia, mientras que el senior es más autónomo (más aún si también es freelance). ¿Eso tiene que ver con la edad? Bueno, cuando llevas muchos años picando piedra es más fácil identificar problemas, incluso antes de que aparezcan, y decidir frente a un imprevisto.

Este conocimiento se transmite al joven padawan y así con el tiempo podrá ascender. Sería raro tener a un senior trabajando “por debajo” de un junior, aunque siempre se puede aprender, porque sería desperdiciar su experiencia.

Táctica vs Estrategia

En un departamento de contenidos, la táctica son tareas del día: qué publico hoy, cómo hago esta creatividad o qué llamada a la acción usar en la pieza. La estrategia mira un poco más allá y se pregunta por qué se hacen esos contenidos, cómo se pueden mejorar o qué aportan a los objetivos globales.

Por lado de táctica, el junior recibe una tarea concreta y la hace sin plantearse nada más, mientras que el senior la puede poner en duda si hay algo que no ve claro. Por el otro de estrategia, el junior puede resolver las cuestiones basándose en la teoría, mientras que el senior tiene la práctica como base de conocimiento.

El matiz de la actitud

Los júniors suelen estar más frescos que una lechuga y los seniors pueden estar quemados. ¿Eso es tan sencillo clasificarnos por edad como decir que el agua moja? Yo creo que no, porque un junior puede saber mucho de lo suyo y contagiar con su energía a un senior que vuelva a hacerse preguntas que eleven la estrategia a otro nivel. Y un senior también puede hacer que la táctica sea más eficiente y rentable si ayuda al junior a optimizar sus tareas.

Acabo con otro par de preguntas para que reflexiones:

  • ¿Pides ayuda sin miedo a parecer que no sabes suficiente?
  • ¿Cómo se relacionan los júniors y los seniors de tu equipo?

Si necesitas ayuda para organizar o darle un nuevo aire a tu departamento de contenidos, avísame.

[Contenidos] La polivalencia en un departamento de contenidos

Mirar ofertas de LinkedIn es una tarea siempre interesante: nunca se sabe dónde puede abrirse una nueva ventana, pero también porque saber el estado de la profesión puede animarte a cerrar la puerta. Es un ejercicio que hago con más o menos frecuencia y, aunque no sea con una extracción de datos metódica, sí me llevo sensaciones y conclusiones que me ayudan a entender mejor lo que piden algunos clientes, sobre todo los nuevos.

Lo primero es decidir la palabra (cargo, tarea) con la que empezar a búsqueda. Las colecciones de LinkedIn son demasiado generales y está el tema del idioma porque tiene la tendencia a traducir a su antojo. Además, este sector nuestro mezcla un poco de aquí y de allí para crear las ofertas, así que es todavía más difícil encontrar lo que buscas. Debería ser fácil: pones copywriter y hay bastantes resultados pero, al mirar los detalles, las tareas se complican. Y así con muchos puestos que podrían configurar el departamento de contenidos.

Mi conclusión es que se siguen mezclando funciones y la búsqueda de la polivalencia lleva a que la especialización se diluya y pierda valor. No quiero entrar en el detalle de qué se pide en cada oferta, solo apunto algunos ejemplos reales para dar contexto a esta afirmación:

  • Un copy diseñando imágenes para redes sociales.
  • Un content manager escribiendo una newsletter.
  • Un estratega haciendo el control de calidad del diseño de una web.
  • Un community manager preparando los pliegos de un concurso.
  • Un redactor de contenidos poniéndole los subtítulos a un reel.

No pongo en duda de que todos podemos hacer de todo, con más o menos interés, criterio y resultados. La cuestión es si debemos: ¿le estamos quitando el puesto a alguien especializado en eso que para nosotros es una tarea secundaria o terciaria? ¿Somos capaces de hacerlo mejor que quien solo se dedica a eso? ¿Aportamos valor o nos vemos obligados a hacerlo porque no hay nadie más que lo pueda hacer?

Las ofertas de empleo casi nunca desglosan en porcentajes la dedicación a cada tarea (solo lo he visto una vez). Lo de «el día a día de tal profesional» queda en la teoría cuando alguien se inventa un cargo nuevo con un título desconocido para el resto. En la práctica, la lista de lo que se pide a cada profesional es tan larga que es difícil concretar porcentajes de tiempo. Sería una buena forma de valorar si nos interesa o no trabajar ahí, más que tener fiesta el día de nuestro cumpleaños.

Contratar a una o dos personas polivalentes a tiempo completo haciendo las tareas de tres o cuatro especialistas a tiempo parcial puede tener sentido en empresas pequeñas o que están empezando. Pero las ofertas que más veo en LinkedIn son de empresas que ya deberían tener un departamento de contenidos y no lo consideran, al menos por lo que piden.

Está claro que todavía queda mucho por hacer para que la cultura del contenido se extienda.

[Contenidos] Datos del uso de la IA generativa en marketing de contenidos

Llega esa época del año en que aparecen informes con tendencias y el del Content Marketing Institute es un clásico que siempre trae datos interesantes. Para el «B2B Content Marketing Benchmarks, Budgets, and Trends: Outlook for 2024» han añadido preguntas sobre la inteligencia artificial generativa y resulta que el 72% dice utilizarlas.

Apunto los datos:

  • ¿Para qué se usa la IA? Para sacar ideas de nuevos temas, buscar titulares o keywords y escribir borradores.
  • El 91% utiliza herramientas gratuitas; el 38% las que están dentro de su sistema de creación o gestión de contenidos; y el 27% paga por herramientas específicas.
  • El 31% tiene alguna guía de uso para herramientas de IA generativa.
  • ¿Por qué no se usa la IA en contenidos? Al 36% le preocupa la precisión y al 22% problemas de copyright, aunque el 27% dice que es por no tener formación.

Muchos encuestados dijeron que la IA sería tema de discusión en 2024… ¿alguien lo dudaba si ya está dominando el 2023?

Datos sobre el uso de contenidos en B2B

El resto del informe de CMI tiene igualmente estadísticas interesantes. Apunto algunas pistas a tener en cuenta, siempre con la perspectiva de sea solo para B2B:

  • El 51% de las empresas grandes tiene un departamento de contenidos centralizado.
  • El 70% integra los contenidos en la estrategia de ventas, comunicación o marketing.
  • El 44% dice que el reto es crear contenido de calidad.
  • El formato más usado son los posts cortos (94%), vídeos (84%) y casos de estudio (78%).
  • El 79% usa blogs para distribuir su contenido, el 73% newsletters y el 30% podcasts.
  • El 84% prefiere LinkedIn, muy encima de la segunda red social que es Facebook (29%) y de YouTube (22%). De hecho, el 72% dice haber aumentado el uso de LinkedIn este año.
  • Las métricas más utilizadas son conversiones (73%), email engagement (71%) y tráfico web (71%).
  • El 48% dice que el marketing de contenidos se queda con menos del 10% del presupuesto total de marketing; el 29% dice que es entre el 10-24%; y el 24% dice que con una cuarta parte o más.
  • El 42% dice que para 2024 no hay previsión de que suba su presupuesto, aunque, para cerrar en positivo, el 32% dice que aumentará entre el 1-9% y el 13% más del 9%.

Interesante también, aunque negativa, la conclusión de que el contenido no tiene todavía una función coordinada dentro de la empresa. ¡Sigue habiendo mucho trabajo por hacer!

Datos de para qué (y por qué no) se está usando la #IA, además de sobre el uso de los #contenidos, por el @cmicontent. Compartir en X

[Contenidos] Tendencias en content marketing para 2023

Hace ya un tiempo que se vienen publicando artículos sobre lo que se supone va a dar mucho que hablar en el próximo año. Eso es lo que vendría a ser una tendencia: algo que ha empezado a notarse, va despertando interés y pronto despegará.

Es un tema que sirve para todos los sectores y, de hecho, está relacionado con las tareas del content curator: detectar tendencias es una consecuencia de distinguir sobre qué se habla más o de qué deja de publicarse. Saber qué se cuece también es consecuencia de la experiencia porque lo que más piden los clientes es la mejor forma de prever los pasos siguientes.

Para eso se supone que sirve estar al día de las tendencias pasadas, actuales y futuras (si es que existen), para pisar en la dirección correcta. Pero eso es la teoría, en la práctica no sirven para (casi) nada porque, de un año para otro, hay pocas cosas que cambien. Vamos, que la mayoría de aquello que se decía que pasaría en 2019 o en 2020 seguimos esperando que pase. Esto tristemente demuestra que no por repetirlo pasa más rápido, a veces ni despacio…

Para muestra, un botón: las oportunidades que han detectado desde la AMKT son… ¿nuevas? ¡Qué va! Hace años que venimos hablando de ellas. ¿Y ahora ponen foco para que otros las sigan, ahora son «marketing hot trends»? Es lo mismo que decir que la tendencia en email marketing es cumplir con el RGPD, ¡si entró en vigor en 2018! Ah, que se refiere a la debacle cookieless… ¡pues también llevamos un añito como mínimo hablando de ello!

No, eso no son tendencias: son deberes que no se han hecho. En su momento alguien empezó, pero no continuaron los suficientes y el resto cae con cuentagotas, año tras año.

Así que mi deseo (más que tendencia) para el 2023 está pendiente desde ya ni sé cuándo: dejar de crear contenido basura. Eso implica tener una estrategia, confiar en lo que puede aportar el contenido y darle recursos. ¿Es mucho pedir? Ya veremos el año que viene si seguimos igual o mejor… ¡mientras no sea peor!

Mi tendencia en #contentmarketing para 2023 es… Compartir en X

[Contenidos] Edadismo en la creación de contenidos

Siempre he defendido que quienes escribimos no necesitamos ser expertos en el tema sobre el que casamos palabras. Somos profesionales de la redacción, no de pon-aquí-el-sector-que-quieras. Pero, ¿qué pasa con conocer a la audiencia a la que se dirige el texto? Con tantos datos que demuestran cómo son las diferentes generaciones, es fácil preguntarse: ¿hace falta ser millennial para crear contenidos para millennials?

Abro el debate a cualquier formato y, como siempre que hablamos de contenidos, hay muchos matices posibles: ¿quiere un centennial ver a un boomer explicarle algo? Y, al revés, ¿le interesa a este leer la opinión del otro? Dependerá de cada uno, pero ambos tienen que querer hacer un esfuerzo por acercarse al otro, sea por canal, formato, temática o estilo. De lo contrario, es fácil caer en el edadismo.

Se me ocurre el ejemplo de la llamada pausa millennial de Taylor Swift que tan divertida resulta a algunos y para mí es lo más normal del mundo. O que Luis Enrique empiece como streamer y consiga generar memes de gente que se deberá pasar el día en Twitch, donde yo no aguanto ni dos minutos.

Como creadores de contenidos, repito que del tipo que sea, podremos expresarnos mejor de la manera en que estamos más cómodos y será más fácil atraer a quien es más parecido a nosotros, tanto por edad como por ideología. Así que, consciente o inconscientemente, lanzamos mensajes para atraer a quien nos va a entender. Somos así y buscamos personas afines con las que conectar. Casualmente, es con edades similares, aunque no siempre.

Pero, ¿y las empresas? ¿Han de contratar a personas jóvenes cuando su público es joven? Esta campaña lo plantea. Es fácil ir más allá, sobre todo si hay variedad de targets: ¿hay una franja de edad que sirve de comodín para todas? No tengo más respuesta que mi opinión, así que puedes dejar de leer aquí si querías encontrar algún dato objetivo para resolver la cuestión. Más bien es al contrario: creo que no tiene solución.

Piénsalo: ¿te habías planteado alguna vez la edad de quien escribe en tu diario favorito? Apuesto a que no, aunque ya se podría saber tu edad solo por leer prensa (y más si es en papel). En cambio, sí te has fijado en cuántos años crees que tiene quien da las noticias en el canal que sueles ver (lo mismo: los jóvenes ni miran la tele). El consumo de medios es una parte, la otra es que, en cuanto se ve una cara, se puede calcular la edad. Y en las redes, se pone mucha cara (en todos los sentidos) y se confía en la espontaneidad y la improvisación para ganarse la confianza de la gente, aunque sea leyendo un guion.

Además, demostramos la edad que tenemos al hablar (o escribir). Por eso aparecen de tanto en tanto esos divertidos diccionarios para entender qué dicen los jóvenes: son los padres quienes quieren hablar con sus hijos (y no al revés). Los estudios que nos separan por edades dejan en evidencia lo diferentes que somos, pero cumplen su función: ayudan a crear estrategias porque, si les conocemos bien, podremos venderles mejor.

En la práctica, los que ya son de esa generación no necesitan datos porque les sale de forma natural y por eso puede ser la opción más fácil para las marcas que solo se dirigen a esa edad. Pero no hay tantas con una segmentación tan evidente (en su producto y en su comunicación). Por eso creo que hay que aprender, igual que hay que documentarse sobre un sector sobre el que no se ha trabajado antes. Es la costumbre entre los profesionales.

Como quienes prefieren textos en español neutro para evitar regionalismos, también es posible escribir sin referencias a la edad, aunque eso implique hacerlo más genérico. Es útil para marcas que no tienen tan marcado el target en una única franja de edad y es mejor tener un comodín que jugarlo todo a una carta.

Un buen briefing y una buena documentación solucionarían este debate. El problema es que no siempre existe ni uno por parte de la empresa ni la otra por quien escribe. Con ambos errores, es lógico que todo falle.

¿La edad de quien escribe, influye en quien lee? Compartir en X
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