[CINE] Respeto y educación requeridos

El cine es un arte y por lo tanto una sala de cine es como un museo. Existen unas mínimas normas que hay que cumplir y que se espera que todos cumplan teniendo el mismo respeto por las obras. Pero siempre hay personas que viven en un mundo paralelo donde sentarse en la butaca de un cine es como estar en el sofá de su casa.

Dentro de «respeto» entra por ejemplo no hablar durante la proyección ya sea pidiendo explicaciones sobre la trama, criticando acciones, alabando el físico del casting o adelantándose al final. Estas personas no saben qué es el diálogo interior y por eso no entienden el significado de la palabra «silencio».

Evitar los ruidos es tan sencillo como apagar el móvil y no devorar las palomitas (o caramelos) como si fuese el último alimento del mundo. ¿Tan complicado es?

Existe además una palabra en desuso que convendría recordar en ascensores, transportes públicos y, en general, lugares cerrados donde la convivencia es necesaria (aunque no siempre deseada): educación.

La «educación» en una sala de cine incluye, por ejemplo, no dar patadas al asiento de delante, sentarse en un asiento y no ocupar todo el alrededor cuando la sala está llena y no tirar los restos de palomitas o golosinas por el suelo. ¿Sigue siendo complicado?

Es triste, pero aún hay gente así. Lo peor es que te fastidian la película a ti, a la fila e incluso a la sala entera en algunas ocasiones. Como en un caso extremo en el que, cuando el láser rojo era la moda, un insensato se dedicó a puntear personajes durante media película. A la salida casi llega a las manos con otro espectador.

Si eres de este tipo de personas recuerda que si la película no te gusta siempre puedes levantarte e irte, incluso dormirte. Eso sí, intenta no hacer mover a toda la sala y no roncar.

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