El Día de la Publicidad tuvo lugar el pasado día 4 de diciembre. Ya sé que voy un poco tarde, pero más vale tarde que nunca y si celebré el Día de Internet y el Día de la Televisión, algo debía decir también del Día mundial de otro de los cuatro grandes temas de este blog (por cierto, pronto el Día Mundial del Cine).
La publicidad convive con nosotros, nos guste o no, y está presente en todo lo que hacemos, seamos conscientes o no. Nos parece que sólo está en la tele, revistas o prensa porque es donde más concentración hay de anuncios, pero en realidad deberíamos considerarlo un medio por sí mismo, aunque dependa de otros medios para poder comunicarse.
Los spots, cuñas, gráficas y cualquier forma que adopte la publicidad nunca podrá ser considerada televisión, cine, radio o literatura. Quizá, como mucho, ¿cultura popular o reflejo histórico de la sociedad?
En cualquier caso es un excelente y genial ejercicio de concentración: en 10, 20 o 30 segundos de spot o cuña y en un faldón o una hoja de papel en prensa o revista. Todo está concentrado aún más en una frase: el slogan resume una idea, un valor, una marca.
Pero sobretodo la publicidad es persuasión. Los anunciantes quieren que justifiquemos su sueldo con nuestra compra. Y para ello buscan convencernos con anuncios de que son mejores que su competencia.
Lo mejor de la publicidad es ver este engaño desde la falta de interés por la marca o producto para poder analizar la manipulación de este juego de seducción que es la publicidad.
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