[Contenidos] Algunos argumentos para convencerte de que inviertas en contenidos

Un motivo para no confiar en los contenidos puede ser no querer probar algo nuevo. ¿Por qué? Pues porque eso de “arriesgar” no se hace en época de crisis o eso dicen los que tampoco lo hacen aunque estén en el mejor momento de la empresa. ¿Cuándo entonces?

Por poner un ejemplo que sirve de base de la mayoría de estrategias de contenidos, cualquier momento es bueno para abrir un blog corporativo. Si todavía crees que un blog es algo ‘nuevo’, revisa tu calendario: se te ha quedado atascado con el efecto 2000. Los primeros blogs sí arriesgaron pero fue hace más de una década. Ahora ya no, no hay peligro. ¿A qué esperas?

Ah, claro, que crees que hace falta tener un gran presupuesto. Es cierto que crear una estrategia de contenidos puede suponer una inversión pero solo de tiempo: si tienes ya una página web, tiene un coste igual a cero en cuanto a tecnología ya que WordPress es gratuito; si no tienes web, tampoco has de gastar nada porque Blogger tampoco cuesta un euro.

¿Te frena el típico miedo por el tamaño? Por los contenidos no te has de preocupar porque este factor no importa para nada. Sí, las empresas grandes tienen más presupuesto, más personal, más tiempo, más de todo. Pero quizá no tienen tanta necesidad como tú de usar los contenidos para mejorar su situación.

Piénsalo: ¿cómo han llegado dónde están? Quizá porque han arriesgado y sí, algunos golpes se habrán llevado pero mejor para ti: ahora ya sabes qué funciona y qué no. Aprovecha su experiencia, aprende de ellos y aplícalo a tu empresa sin perder tiempo.

Y si has leído ‘tiempo’ y has pensado que es lo que no tienes. Tampoco es una buena excusa: comparte la responsabilidad o céntrate en lo tuyo y deja que otros lo hagan por ti. Busca a algún empleado y fórmale (mejor que dejarle el marrón sobre la mesa y salir corriendo). O externaliza alguna tarea, muchos lo hacen y está claro que tiene sus beneficios.

Quizá ya nos estamos acercando a tu verdadero miedo: no sabes si servirá para algo. ¿Es eso? Supongo que ya imaginas que voy a decirte que tampoco en este punto llevas razón. Precisamente una de las misiones de una estrategia de contenidos es asegurarse de que los contenidos que se publican sirven para algo. Si no, no es una estrategia.

Y, si no tienes ni idea de por qué publicas algo, coincido contigo en que mejor no lo hagas. Dedícate a planificar antes de querer construir algo que necesita unos buenos cimientos. Y la reputación, la confianza o las ventas que se derivan de ellas necesitan una buena base para crecer, es decir, unos buenos contenidos.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 183 (10 de febrero de 2014).

[Contenidos] Paciencia, una virtud ignorada en las estrategias de las pymes

Hoy quisiera hablarte de la paciencia que tenemos que tener con los contenidos. El otro día en el evento SMMDay comenté precisamente que los que quieren resultados rápidos pueden olvidarse de usar el marketing de contenidos para conseguir sus objetivos. ¿Quién tiene mayor necesidad de ver que sus contenidos funcionan? Las pymes, por eso son las que menos paciencia tienen.

Los contenidos requieren tiempo de preparar y de amortizar, no solo de creación. Pero, si se tiene paciencia con ellos, acaban dando alegrías. Según la empresa, puede ser un proceso tan complejo y largo como el siguiente:

¿Tiempo estimado para todo esto? Antes de ponerse a crear contenidos pueden pasar un par de meses, otro par para generar suficientes contenidos y otro par para ver que empieza a conseguirse algo. Sumándolo todo, puede pasar medio año hasta llegar al último punto. ¿Tiene una pyme tanta paciencia? Si crees que sí, encantada de colaborar. Pero no suele ser así.

La buena noticia es que en los resultados de la encuesta de 2013 la mayoría apuesta por resultados a largo plazo. Aunque aún hay quien tiene prisa, parece que la tendencia es a comprender mejor la función de los contenidos corporativos.

Lo que las empresas consiguen publicando contenidos no es algo rápido por eso tampoco hay que tener prisa por crearlos. Es necesario un análisis previo antes de crear el contenido. Si no, se puede perder la oportunidad de generar un impacto positivo en nuestra audiencia. No se puede correr una maratón sin entrenar, tampoco compartir contenidos sin haberlos preparado. La paciencia es una virtud, dicen. Aplícala a los contenidos y verás que, además, es una forma de conseguir resultados.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 182 (3 de febrero de 2014).

Tercera encuesta sobre contenidos en España

Por tercer año consecutivo, convoco a la participación para conocer mejor el estado de los contenidos en España. También este año utilizo un formulario de Google para recoger las respuestas de la encuesta que nos permitirá saber qué tal se encuentra la salud de los contenidos en las empresas españolas. Así que ya sabes: es anónima, te llevará unos minutos y es necesaria tu colaboración para poder llegar a alguna conclusión.

La encuesta estará activa hasta el 30 de noviembre de 2014 y con los datos obtenidos crearé el informe «Estado de los contenidos en España 2014» que publicaré en formato ebook primero en mi newsletter y después aquí. Además, también haré apuntes sobre los resultados provisionales en mi Twitter.

Comparte esta misma página o la de la encuesta directamente pero ayúdame a conseguir datos representativos. ¡Gracias!

[Contenidos] Ser redactor web no es ser escritor de ficción

Hoy quisiera hablarte de escribir ficción y no ficción, de redactar un post y publicar una novela. Como siempre, desde una visión personal. Para empezar, yo estudié Comunicación audiovisual. Pero no por ser directora de cine o realizadora de programas de televisión (las salidas profesionales más lógicas). Lo que me interesaba era la parte del guión, eso de escribir historias que luego podrían trasladarse a una pantalla y ser vistas e interpretadas por alguien. Aunque pudiesen estar basadas en hechos reales, eran cuentos, todo ficción.

Te ahorro lo que pasó por el camino hasta aquí, es innecesario para lo que te quiero explicar. Simplemente decir que he acabado escribiendo y publicando varios libros. Entre ellos solo hay una historia corta inventada por mí. El resto están todos basados en la realidad, en mi experiencia (y en la de otros que la han compartido), y se les llama de no ficción al ser considerados manuales técnicos.

Cualquier día, a poco que leamos, estamos rodeados de una mezcla de las dos cosas. Y, como redactores, también mezclamos un poco de ambos mundos al escribir artículos aunque solo sea porque tenemos que escribir sobre conducir una moto cuando no tenemos ni carné.

Pero posiblemente una característica que las diferencia claramente es una idea que se resume en la afirmación de que uno es literatura y el otro no: un post, por muy bien escrito que esté, creativo que sea o mucho que nos impacte, no se puede comparar con una novela de pon-aquí-tu-escritor-favorito.

No es una cuestión de palabras, si no de forma en la que están escritos. Las palabras, la composición de las frases o las imágenes visuales que se pueden utilizar son diferentes. Dejar que la imaginación del lector intervenga para completar un relato no es lo que se espera cuando se lee un post tipo las cinco mejores herramientas para hacer algo.

De tanto en tanto, podemos darnos una licencia (¡y qué buenos posts salen entonces!) pero lo normal es que en la redacción corporativa pensemos más en Google que en el Premio Nobel de Literatura. Y eso que hay empresas a las que les vendría bien una buena mezcla a sus contenidos, algo más de ficción y menos lenguaje corporativo aburrido. Pero no la buscan.

El otro día me encontré con una oferta de empleo curiosa (no pongo el enlace porque ya está cubierta la plaza y borrado el anuncio). Todo parecía bastante normal (ya es algo esperado tener nociones de social media y analítica cuando buscan redactores) hasta que pedían que tuviese experiencia en escribir no ficción, repitiendo para que quedase claro que no servía la ficción.

Por un lado, parece lógico que alguien que ‘escribe literatura’ de ficción no esté acostumbrado a redactar un post. Y muchas ofertas de gente que quiere ‘ser escritor’ habrán tenido que recibir para ser tan específicos. Pero, por otro, tendrá unas cualidades de redacción que, bien canalizadas, pueden ser beneficiosas y no una lacra.

Para mí, la ficción y no ficción son dos cosas con las que me mezclo a diario y de cada una se pueden sacar cosas buenas para la otra. Aunque, eso sí, en diferentes momentos del día y según lo que esté escribiendo… Quizá porque estoy pensando la trama de otra historia corta mientras escribo contenidos para webs y blogs.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 173 (2 de diciembre de 2013).

[Contenidos] Marketing de contenidos para pymes con pocos recursos

Hoy quisiera continuar la estela que empecé la semana pasada hablando de cuánto cuesta el marketing de contenidos. “Mucha pasta”, estarás pensando… Si acabas de montar tu negocio o eres una pyme o micropyme, seguramente añadirás “mucha pasta que no tengo”.

Algunos suscriptores me escribieron entre sorprendidos y asustados, diciendo que no podían asumir esas cifras, que qué podían hacer. Así que aprovecho las respuestas que les di para la newsletter de hoy y así convenceros a todos que también las pymes pueden utilizar el marketing de contenidos. Recuerda que es una forma de entender los contenidos más que la obligación de tener un determinado volumen de contenidos publicados.

Lo primero que tienes que tener claro (sin tener en cuenta el tamaño de tu empresa) es que si no crees en los contenidos, no importa lo grande o pequeño que sea tu presupuesto, la cosa no acabará bien. ¿Qué significa creer? Es un compromiso, saber que tendrás que prestarles atención, dedicar horas a pensar, escribir y dar a conocer esos contenidos.

Piensa qué haces en tu tiempo libre (dentro y fuera de la oficina) y valora si podrías haber dedicado un rato a escribir un post, por ejemplo. Sofá, trabajo, amigos, familia… muchas cosas se pueden interponer entre los contenidos y tú. Pero si crees que realmente te van a servir para algo, repartirás tu tiempo de manera que puedas dedicarles un ratito cada día.

El recurso del tiempo es más amigo para las pymes que el recurso del dinero porque no hace falta escribir todo el contenido, al contrario, se puede utilizar el de los demás haciendo de content curator. Dedicando unos minutos al día a filtrar contenidos (en lugar de horas si tuvieses que crear todo el contenido tú), se puede mantener una cuenta en Twitter o en Facebook lo suficiente activa como para recomendar contenidos relevantes.

¿Hace falta algo más para poder decir que hacemos marketing de contenidos? ¿Es obligatorio tener un blog o enviar una newsletter? En realidad no hay un mínimo de contenidos necesario (importa más el qué y el cómo que el dónde). Pero, si solo usamos un canal, estaremos limitando el alcance de nuestros contenidos y poniendo en peligro la consecución de nuestros objetivos.

Por eso mi recomendación para pymes con pocos recursos de tiempo es centrarse en un canal y, si hiciese falta, avanzar a partir de ahí, ampliando poco a poco cuando los anteriores estén consolidados. Empezar tratando de abarcar mucho es un error que las pequeñas empresas no pueden permitirse porque, entonces, dejan de creer en los contenidos.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 153 (15 de julio de 2013).

Para ser legal, te aviso de que utilizo cookies en esta web:    leer detalles y configurar preferencias
Privacidad