Publicidad
Cuando explico Facebook siempre intento empezar por la parte personal para que los alumnos recuerden que sí, puede ser una herramienta de marketing para las empresas pero sigue siendo una red social donde las personas son las que deciden. Y estudios que demuestran que la gente responde mejor a las actualizaciones fuera de horario comercial lo confirman por mucho que se escriba más sobre el coste de adquisición de un fan.
Internet
Y turno ahora para Twitter que también tiene momentos para tuitear para tener retuits (vía). Pero no es este el enfoque que quiero darle al apartado sino la facilidad con la que se crean aplicaciones para Twitter y lo difícil que es imaginar lo mismo en Facebook. Veo a estos dos canales son tan distintos que me sorprende cuando alguien me pregunta en qué se diferencian. Para resumir, el objetivo con el que los utilices.
Redacción web
Dar el email a cambio de un documento tipo white paper es bastante habitual en los USA pero aquí no lo es tanto. Esta vía para ganar cuentas de email pasa desapercibida en las empresas españolas. Y casi diría que por suerte porque el valor de esos pdf (salvo contadas excepciones) no suele ser tan valuoso como parece por unos títulos demasiado orientados a la venta y porque para algunos parece que este tipo de contenido está en declive.
Cine
Hay que reconocer que la originalidad en cine es difícil de encontrar. Yo diría que del total de estrenos al año solo el 10% de lo que nos llega a salas es realmente diferente al resto de películas. Es mi sensación de aburrimiento la que se inventa el dato pero parece que también lo piensan los de Canal+ y su publicidad que muestra los pasos para hacer varios tipos de pelis. Visto así, es muy fácil hacer cine… al menos del industrial. El otro, el 10% es más complicado.
Televisión
Hace ya tiempo que las revistas de televisión perdieron totalmente mi interés por incompletas en cuanto a programación y por aportar escaso valor en los artículos. Es por esto que leer sobre TV Manía me trae cierta nostalgia, cuando la parrilla televisiva cabía en una página, cuando veía tantas series españolas como las extranjeras o cuando los programas eran programas y no refritos y la propia u otra cadena. Otra época, está claro.