Media News S17 A21

Cine
¡Qué decir de los Oscars de este año! De todas las galas de cine adaptadas a la situación actual, esta ha sido la peor. Fueron 3h diferentes a lo habitual (lógico) pero extrañas (esperaba más), con algunos nominados repartidos por el mundo (mejor que poner fotos) y sin la mayoría de fragmentos que suelen acompañar a los premios (algo extraño). Fue todo muy estático, (casi) nadie se emocionó demasiado por ganar, quizá porque no estaban en zapatillas en su casa como en el resto de premios. Destacaría los retazos de historias personales que contaban, pero se hacía eterno. ¡Y el final, vaya final! Uno de los pocos que nos representaba por estar durmiendo al otro lado del charco, va y gana. Ah, sí, los premios fueron más o menos los esperados.

Televisión
Elegir qué ver es cada vez más difícil. Sí, hay mucha oferta, pero no toda interesa. Los algoritmos de recomendación no acaban de acertar y el buscador no filtra como es debido. No queda otra que leer la sinopsis y creértela a pies juntillas. Se acaba confiando en quien la escribió, pero algunas parece que sean de otra película/serie y otras es tan descriptiva que lo cuenta todo y ya no quedan motivos para verla. Claro que la tendencia es a poner alguna coletilla para venderla mejor (premios, comparaciones). Sería más fácil poner la valoración de IMDb, como hace Amazon Prime Video, y así te evitas leer nada porque ya el número te da la pista de si merece la pena o no el rato que dedicas a verla (y elegirla).

Publicidad
Se puede ir rápido y reaccionar la actualidad para sacar una campaña (newsjacking), como ha hecho Heineken con acierto. O se puede mirar la vista atrás y añadir product placement a una película clásica. Ambas son opciones que se complementan con cualquier acción prevista y sirven para demostrar que la chispa de la publicidad se puede encontrar en todas partes, si sabes mirar. La cuestión sería si los usuarios miran, es decir, prestan atención a este tipo de acciones como algo diferente, innovador y llamativo o les da exactamente igual porque les sigue distrayendo de lo que estaban haciendo. En el mundillo se aplauden, pero ¿y quiénes tienen que valorar su eficacia?

Internet
Dos artículos relacionados. 1/ «Internet, déjame olvidar» cuenta un par de historias que animan a reflexionar sobre el uso de la tecnología (redes, pero también webs y el propio móvil) y los datos que dejamos desperdigados allí por donde pasamos (fotos, registros, actualizaciones). Si lo lees como un recordatorio de la importancia de gestionar la privacidad, entenderás que lo relacione con el siguiente. 2/ Las redes van añadiendo poco a poco opciones para rentabilizar los contenidos que allí se comparten (más pasos para lo que viene a llamarse creator economy). La lista va creciendo y, de momento, solo se resiste LinkedIn. Por eso me pregunto si es compatible la privacidad con la creación de contenidos. ¿Se puede querer olvidar una pieza que no nos gusta?

Media News S20 A12

Cine
Hay actores que se encasillan, quieran o no. Pero no solo porque sus papeles tengan el mismo perfil, también porque seguimos recodándolos por aquel papelón que nos marcó. Algunos se lo toman con mejor humor que otros y están en su derecho si quieren quejarse. Es lo que ha hecho Tom Wilson cansado ya de que siempre le hagan las mismas preguntas: ha escrito una carta respondiendo a esos tópicos. Antes de llegar a ese momento ha debido pasar por muchas entrevistas… y, como él, muchos otros. Pero él, en lugar de responder con resignación, ha llegado a la conclusión de que esa pregunta inteligente que espera no llegará. Desde luego no en nuestra televisión.

Televisión
Hoy he visto en «Arucitys» una escena de «Luna, el misterio de Calenda» dedicada a Puleva. ‘Dedicada’ porque era un primer plano de la marca, sin motivo aparente (más allá del económico, claro) que dolía a la vista. Me ha parecido demasiado descarado pero, además, incomparable con las series que veo últimamente. Lo más cercano que recuerdo es que se veía claramente el coche de Wilson en «House», aunque no sé qué marca era. Trato de imaginar si dejaría de ver una serie por un bombardeo así de continuo con marcas… y a la larga creo que sí pensando en la credibilidad que pueden acabar perdiendo los guiones.

Publicidad
Hay pocas campañas que motiven, menos si pensamos en productos que no son especialmente emotivos como, por ejemplo, muebles. Pero ahí está Ikea haciendo unos spots que despiertan a ese yo que está tirado en el sofá mirando la tele. «Atrévete», empieza. Y también Pavofrío que, aunque a un público más concreto, también consigue motivar a esos millones de apañadas para que sean otro modelo de mujer. Estilos diferentes pero ciertamente inspiradores o que, al menos, destacan por encima de otros spots más convencionales por su montaje, por contar una o muchas historias pero siempre desde una perspectiva personal.

Internet
Estoy empezando a cansarme de los comparadores… ¡los hay de todo tipo! Que si de seguros, de hoteles, de viajes… todos online, claro, pero todos los conozco porque se anuncian por televisión. Es curioso que pasándome todo el día navegando, no me los encuentre y para lo poco que estoy frente a la tele, siempre me tope con alguno. Se me antojan un buen ejemplo de que, aún siendo un producto online, el spot de toda la vida sigue siendo necesario (y efectivo viendo que todos pasan por el aro). Haciendo el ejercicio inverso, no se me ocurre ningún banner que haya visto que no tenga un spot en televisión que lo apoye.

[AD] Publicidad una vez al año

Al ver el anuncio de Bacardi no pensé precisamente en la verbena de San Juan, más bien en qué pasaría si la publicidad estuviese siempre tan localizada en el tiempo. Te propongo soñar un rato… ¿Te imaginas que todos los anuncios se pudiesen publicar/emitir solo 1 día al año? ¿Podría existir una ley así?

Se me ocurren algunas ideas:

  • Al poco de aprobarse la ley, seguro que buscarían la manera de hacer publireportajes en lugar de spots de 20 o 30 segundos. 
  • La creatividad tendría el triple o más de importancia: una única oportunidad no se puede dejar pasar.
  • Se explotarían hasta la saciedad eventos que congregasen a mayor audiencia, como el deporte… hasta que prestasemos menos atención que ahora.
  • Con un poco de suerte se prohibiría el product placement abierto o encubierto para evitar impactos.
  • Se utilizaría una estrategia más cómplice entre los medios (si es que se permitiese usar más de un soporte) como por ejemplo anunciando el spot en la prensa, como Freixenet o Coca-Cola.
  • Una opción (muy) radical sería crear ‘días patrocinados por’ buscando el monopolio publicitario, igual que hizo Acciona pero en todos los medios pero a lo bruto.
  • Nos harían estudios de mercado constantemente para no fallar en el planteamiento del anuncio.
  • O quizá simplemente se explotaría a los famosos para endosarles aún más marcas y para que las paseasen por ahí.

¿Y qué pensarían de esta propuesta los medios? No creo que les gustase si les hace perder dinero, así que subirían el precio del segundo para compensar. Tampoco creo que quisiesen rebajar el número de cortes publicitarios así que la audiencia tampoco ganaría mucho.

Para quienes disfrutamos viendo anuncios sería una alegría porque con tan poco margen, todos serían de los buenos. Aunque quizá en ese mundo imaginario estaría prohibido hablar de anuncios porque en el fondo es una manera de hacerles publicidad (¡viva el contenido generado por los usuarios!).

Volviendo a la realidad… si yo no garantizo poder estar un año sin comentar un anuncio, no creo que una marca pueda permitirse no bombardearnos, al menos, un mes al año.

Esto me recuerda una cita acerca de la repetición de mensajes… próximo tema, la repetición publicitaria.

Media News S24 A07

Televisión
Demasiadas cosas han pasado esta semana: el final de «Los Soprano», los Premios de la ATV, denuncia de Antena 3 a TeleCinco por plagio de «La que se avecina» a «Aquí no hay quien viva», TVE quiere aumentar la publicidad y UTECA que se queja… ¿alguien se atreve a decir que la televisión es aburrida?

Publicidad
Me deja de sorprenderme leer en dos diarios gratuitos (20 minutos y adn) la noticia sobre la limitación de anuncios de bebidas alcohólicas en la prensa española. ¿Por qué ellos no entran en esta autoregulación? ¿Tan a cuenta sale publicar anuncios como el Electric hotel?

Cine
En su columna Estéticas en el diario adn de ayer, Begoña Gómez comentaba cómo los logos iban entrando en el cine de arte y ensayo: el product placement ya no es cosa de grandes y taquilleras películas. A eso se le llama segmentar y acercar en el posicionamiento.

Internet
Una de las chapas que Mister Wong me manda desde Alemania me ha gustado especialmente: «Yo soy compatible con Web 2.0». Resulta que poco a poco va a ser que sí, así que me la he puesto. De acuerdo con Javier, no hay otro remedio y además me voy acostumbrando, ¿para qué negarlo?

[AD] Desde Schweppes a Perú

Ayer en TeleCinco pudimos ver el final de la segunda Cadena de favores que «CQC» iniciaron… no sé cuando. Yo me enteré por el Qué! (tan solidario y predispuesto a publicitar como siempre): han conseguido construir una escuela «donde no llegan las ONGs» a base de ir cambiando cosillas de famosos con otros famosos.

La idea no es muy original pero tiene un final ¿solidario? que queda muy bien en televisión. Como recordarás, ni el título es suyo, Kevin Spacey fue quien ‘inventó’ la expresión.

Siguiendo con la tele, «El hormiguero» ya lo estaba haciendo desde el año pasado (los de negro también, por lo visto hubo una primera edición), aunque hace tiempo que no lo veo y no sé cómo sigue su «Truque«, si es que sigue.

Y todo esto por aquel buen chico que quiso cambiar un clip rojo por una casa, como ya explicó al mundo entero Volkswagen Polo con su anuncio (después de que por Internet se supiese antes).

Todo quedaría ‘en bonito’ si fuese algo 100% solidario, pero a la que aparecieron esos puntitos de colores toda la solidaridad se esfuma y llega la publicidad. Nada más verlos pensé que era una manera sutil de incorporar la marca, pero el product placement ligerito no tardan en convertirse en promoción directa.

Los puntitos de Trina T! van directos a la sede de Schweppes y ahí es donde se produce el último cambio que no es más que una transacción comercial: ellos compran un cuadro por lo que cuesta enviar material escolar al Perú. O lo que es lo mismo, ellos (también «CQC») compran la imagen de empresa solidaria donando el dinero a la ONG Plan Internacional.

Los de Trina parece que están muy necesitados de mejorar su imagen (yo no la veía tan mal). Esta es ya la segunda acción solidaria en poco tiempo: las navidades pasadas buscaban un millón de clicks para conseguir tres aulas en El Salvador.

O sea, que sí llegan las ONGs allá arriba de Perú y que no es solidaridad todo lo que reluce. Eso sí, los chicos al menos tienen un cole nuevo.

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