Media News S32 A12

Cine
50 años de una muerte es un número redondo, pero ¿se recuerda más que el nacimiento? Con algunas estrellas sí, como con Marilyn esta semana, aunque en cualquiera de los dos casos tiene el mismo objetivo: recordar películas suyas y reprogramarlas si se puede, como en divinity que durante todo el día encadenaron películas suyas. No serían de esas que entran en la lista de las mejores de la historia del cine (quizá sí entre las 50 si miramos a «Con faldas y a lo loco») pero sí que tienen algo especial: su actriz principal dando alguna escena para el recuerdo. Y poco más, los mitos tampoco necesitan mucho. Los que no las han visto nunca, tampoco se pierden un gran hito cinematográfico.

Televisión
Sigo con la nostalgia, pero ahora motivada por una serie. Pero no porque fuese una gran seguidora, más bien por las ganas de recordar series, sus personajes y sus actores: las primeras porque algunas actuales nos las recuerdan, los segundos porque es divertido imaginarlos en situaciones actuales aunque hayan pasado años que dejaron de tener vida en pantalla y los últimos porque los vamos recuperando de tanto en tanto con nuevas interpretaciones. Cada momento es diferente pero casi que solo por reencontrarnos con los actores recordamos series antiguas. A no ser, claro está, que se sea fan, fan porque entonces cualquier cosa nos recordará a la serie y sus personajes y no podremos ver a los actores si no es en aquel papel.

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Los anuncios de ahora tampoco son como los de antes, algunos sí que nos recuerdan algo pero otros difícilmente te los puedes imaginar en un corte publicitario actual. Y no lo digo solo por los que recordaba Isabel Coixet en sus «50 años de…», también por aquellos productos que parece que han desaparecido de la publicidad (como las gafas de sol, en pleno verano y no he visto ni uno solo) o marcas que parecen no existir (¿qué paso con el borreguito de Norit?). Sería un ejercicio divertido recuperar bloques de hace unos años, décadas mejor para ser más chocante aún, y programarlos en prime time. En algunas cadenas, ¡sería mejor que la programación que estuviesen haciendo! Con un poco de suerte algunos recuperarían ideas interesantes.

Internet
10 años no es poco en la blogosfera. Con esa excusa, se puede recordar cómo era aquella época aquí cuando había la sana costumbre de conversar. Aunque sería más divertido recordar Internet. Si hiciésemos el ejercicio inverso al propuesto en el párrafo anterior, cuando nuestros yos del pasado viesen un anuncio para navegar a 100mb pensarían que es muuuy lejano o conectarse por un teléfono móvil, ¿cómo? ¿No se cortaría la llamada? ¿Y se oiría el tono de llamada también? O quizá se imaginarían que no tendría sentido porque las imágenes tardarían todo el trayecto en metro, donde entonces no había cobertura, hasta llegar al trabajo. Era otra época, sí. Pero los pioneros las recuerdan como divertida.

Media News S22 A12

Televisión
Eurovisión, un año más pegada doblemente a la pantalla: en la tele y en el portátil para tuitear. Pero este año había poco que decir y demasiado que leer. ‘Que decir’ porque la escenografía (lo que me gusta del festival) era más bien pobre, en línea con los desafines de los cantantes quienes, además, llevaban algunos modelitos de lo más raritos. Y ‘que leer’ porque iba Twitter lleno hasta arriba de comentarios sobre las actuaciones. Mientras, Íñigo iba siguiendo su guión entre canciones, opinando sobre ellas con total parcialidad: todas estaban llenas de tópicos menos la nuestra. En otras palabras, aportación nula (esperable durante los votos) así que para escuchar eso, tenía más gracia leer los tuits.

Internet
Me gusta la idea de conservar cosas olvidadas debido a que la tecnología nos hace ir tan deprisa que esos pequeños detalles quedan atrás: un museo de sonidos (la web no funciona, pero la idea es igualmente buena) como el del módem al marcar o el VHS al rebobinar que las generaciones más jóvenes nunca han escuchado. Algunos se pueden mantener en lo que podría ser una moda retro como usar el típico ring como tono en un iPhone o que el teclear del portátil suene como el de una máquina de escribir, timbre incluido. Y es que la tecnología por muy moderna que se crea, tiene mucho de nostálgica.

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Si algo tiene bueno el fútbol es la publicidad que genera. La ‘culpa’ es de los patrocinadores y su deseo de mostrar unidad, de vender el poder de la/s persona/s, equipo/s a los que apoyan. Así que estando cerca la Eurocopa, toca ver a los futbolistas haciendo piruetas o simplemente corriendo por la pelotita. Es lo que hacen en Nike, quienes tienen ‘la suerte’ de tener tantos nombres conocidos que con que juntarlos en un spot ya tienen suficiente. Los de Coca-cola apuestan por la afición, por los que sienten los colores y, además, lo adornan tratando de unir al país contra Europa, como si en el campo se jugase algo más que una copa. Vendrán más, como el que ya lleva unos días rondando de Cepsa y su ‘vamos a hacer historia’, me siento a esperar que acabe.

Cine
Me pasé por el cine para el estreno de «Men in black 3», fue mi manera de olvidarme por un rato de las preocupaciones diarias. Y eso lo cumple sin lugar a dudas pero me pareció tan falsa que a cada escena me preguntaba qué más tontería se podían inventar. Escenas 3D sacadas de un mal videojuego, personajes absurdos, interpretaciones olvidables… y la historia, sin peligro de spoiler, igual de mala que la canción de los créditos. Sí me olvidé del trabajo pero nada más salir también me olvidé de la película. Las dos anteriores, aunque hay discrepancias con la segunda, parecen de otra saga. Lo mejor es el viaje en el tiempo y ver cómo eran los hombres de negro, el resto… ya no lo recuerdo.

Media News S16 A12

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«Les va a encantar». Eso dice uno de los protagonistas del spot de Donuts, el de su regreso a la receta original. A parte de que no nos enseñan nada más que una masa y ya acto seguido el producto hecho, no nos dicen mucho de cuál es la diferencia entre el de antes y el de ahora. Este es un último ejemplo, nostálgico además, pero cada cierto tiempo a alguien le da por cambiar su fórmula y de anunciarlo a bombo y platillo. Deben ser marcas que se creen eso de que si funciona hay que cambiarlo pero qué pasa con los que les disgusta la nueva versión del producto o, peor aún, la original que han recuperado. Será que siempre me toca estar en ese grupo de los que sienten que han cambiado de marca sin haberlo hecho realmente, pero ¿dónde queda la fidelización entonces?

Internet
Comprar ‘me gusta’ en Facebook (mucho más común que la venta de followers en Twitter) se puede hacer ‘a peso‘ a empresas que se dedican a eso… o se puede hacer a cambio de algo. Lo que se lleva últimamente es un iPad pero hay muchas otras cosas que se regalan a los fans. Espera, me he dejado de poner las comillas a ‘regalan’ y a ‘fans’ porque ni se dan a cambio de nada (¿un ‘me gusta’ vale su peso en bombardeo comercial futuro?) ni tampoco se premia a los usuarios que ya llevan tiempo siendo fans, sino a cualquiera que quiera el premio. Es llevar al mundo online lo que ya vienen haciendo hace tiempo las compañías de telefonía que se empeñan en tratar mejor a los que nuevos que a los que ya llevan años. Me repito, ¿qué pasa con la fidelización?

Cine
Sin quererlo parece que está siendo un post sobre fidelización, así que lo aplico al cine por partida doble. Y es que el star system (el fenómeno fan de toda la vida aplicado a actores o directores) es una cosa pero otra muy diferente es sentir predilección por una sala de cine. ¿Hay algo en ellas que haga una tu favorita por encima de las demás? Sí, hay tarjetas de fidelización para cadenas tipo Cinesa pero no para cines concretos o, más aún, para salas específicas. Ese cine con palomitas dulces, parking gratis o simplemente el que hace VO más cerca de tu casa. O esa sala con asientos dobles, la que se oye mejor o la digital. ¿Eso se premia por encima de la película elegida? A qué son los espectadores más fieles, ¿a la sala o al star system?

Televisión
Trasladar a las cadenas de televisión lo que he comentado del cine es fácil: ¿fieles a una cadena o un canal, a un presentador o actor? De hecho, también podemos ser fieles a un género y ver una cadena solo porque pone películas o series que nos gusta o porque está ese presentador de informativos que tanta confianza nos da. Pero, ¿es posible una tarjeta de fidelización para televisión? Me da por imaginar un futuro con televisores inteligentes que evitan la publicidad a los telespectadores que pasan más tiempo viendo una cadena concreta. O, mejor aún para que siga habiendo trabajo para publicistas, que muestre anuncios realmente enfocados al usuario según los programas que ha visto en ese canal. Eso sí sería útil y no una tele en 3D.

[WWW] La demanda trae oferta o al revés

Hay dos maneras de entender ciertos cambios, digamos, tecnológicos: 1/ que somos las personas las que tenemos una necesidad y que la tecnología se crea o adapta para cubrir esta demanda o 2/ que es al contrario, es decir, que la tecnología se pone a disposición de las personas como oferta sin demanda y entonces las personas son las que le buscan utilidad. Entre estos dos extremos, como siempre, varios niveles de grises.

Por ejemplo, el otro día salió la versión para Android de Instagram. De repente, el timeline se llenó de gente contenta de poder al fin compartir sus fotos de comida, paisajes o cualquier cosa que se cruce entre su móvil y su camino. ¡Como si antes no pudiesen hacerlo! Pero, claro, es que ahora pueden formar parte de esa comunidad. Albricias.

Otro podría ser Pinterest o cualquier otro servicio que viene de repente y esos que se sienten early adopters lo asaltan como si hubiese premio. Más albricias por poder formar parte de una comunidad primero con invitación y luego abierta a todos lo que sienten curiosidad por lo que solo unos pocos han podido catar.

Así que también se pueden entender esos mismos cambios pensando menos en mercado de aplicaciones y más en esa ‘comunidad‘: algunos quieren ser líderes (al minuto 1 ya están registrados y ofreciendo invitaciones), otros quieren que les guíen (los que piden las invitaciones) y otros no quieren ser arrastrados por el rebaño (los que las ignoran). Cada uno sabrá cuál es su grupo.

La reacción lógica ante la aparición de algo nuevo es saber qué es y qué me aporta para, cuando realmente lo necesite, poder utilizarlo… pero no es la más común y vamos de boom en boom, hasta que algo se estabiliza.

Por eso me pregunto si alguien ofrecerá algo nuevo para que la gente se sienta empujada otra vez a escribir algo más de 140 caracteres o el pie de una foto… ¿o quizá el problema es que no hay demanda?

Media News S30 A11

Publicidad
Los de Ikea tienen nuevo grito de guerra: «¡Tengo derecho a mi fiesta!» Ese es el slogan de la campaña y el spot empieza con una mujer que avisa por interfono a sus vecinos de que va a montar una fiesta. Con una bonita cámara lenta vamos viendo, en la línea de Ikea, que en cada casa se lía de diferente manera. Por eso me sorprende que hayan cambiado el felpudo que proclama la república independiente en cada casa por un plano final donde los vecinos cuelgan unas telas de lo alto del edificio con el slogan fiestero. ¿Lo independiente es mi casa o mi comunidad de vecinos?

Cine
Este fin de semana, prácticamente sin quererlo, me vi viendo «Paul». Sin desvelar nada del guión, lo único que puedo decir es que es previsible, muy  previsible, pero que aún sabiendo qué va a pasar, prácticamente también sin quererlo, me vi riendo en más de una ocasión. Ni mucho menos la consideraría una comedia, tampoco un drama o ciencia ficción… es más una road movie con algún que otro momento friki. Así que nada de grandes expectativas y con un poco de suerte te verás riendo, ¡prácticamente sin quererlo!

Internet
Las cosas por aquí van muy rápido. Por aquí entiendo Internet, aunque ya sé que por mucho que la gente use FourSquare, Facebook Places o Google Maps, no tiene un espacio físico; y por rápido podríamos coger de referencia la velocidad de Google para responder a cualquier pregunta que le hagamos. Por eso conviene de tanto en tanto recordar cómo éramos hace 10 o 30 años para que nuestra propia nostalgia nos permita poner las cosas en perspectiva y así darnos cuenta que la vida en el mundo real se vive a otra velocidad.

Televisión
Leer sobre «H+» la webserie que Bryan Singer tiene entre manos me hace recordar el capítulo de «Futurama» en el que se ríen del iPhone (precisamente por eso lo vi) pero si además lo mezclo con la película «The Net» o el spot de movistar en el que nos recuerdan que tenemos ‘la mitad de nuestra vida en Internet’, me parece una buena base. El argumento es apto tanto para los que creen en el futuro de la tecnología como para los que no y muestra un futuro en el que nos conectaremos a Internet sin ningún aparatito. Quizá por eso tiene sentido que sean webisodios y no se emitan por televisión.

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