14 años después, sigo pensando que tener un blog merece la pena

Un año más, mi blog está de aniversario: hace 14 años que publiqué el primer post. Si tienes tu propio blog, quizá estés comparando blogversarios y no sea para tanto. Pero si no lo tienes te parecerá una eternidad. Poco tiempo no es, pero hay otros (los pioneros de verdad) que llevan más años. Y sí, muchos se perdieron por el camino (la respuesta más habitual de mis alumnos cuando les pregunto si tienen blog es que no o que lo dejaron).

En este tiempo he publicado 2175 posts, normalmente al ritmo de 2 a la semana. El tiempo mínimo que dedico a cada uno es un par de horas. El máximo es difícil de calcular si tengo en cuenta los posts, ebooks o libros que leo o las herramientas que pruebo a veces durante semanas antes de mencionarlas en algún post o guía. Así que, como mínimo, he dedicado 4350 horas, lo que equivale a unos 180 días, es decir, casi medio año escribiendo sin parar durante los últimos 14. Claro que no cuento el mantenimiento, eso es harina de otro costal y haría que aumentase muchas, muchas horas.

Juzga tú si es mucho o poco. Yo lo que tengo claro es que ha merecido la pena. No rentabilizo mi blog directamente, no hay publicidad aunque sí enlaces afiliados cuando hablo de mis libros (la razón condensada en un tuit). Pero sí que me invitan a dar charlas y cursos, creo, porque aquí demuestro lo que sé. No es un rendimiento directo pero sí influye en mi reputación y marca personal.

Escribir aquí me resulta liberador (sigue siendo verdad lo de descargar mis ideas en forma de post). No me canso, más bien al contrario: mi lista de temas por escribir llega a los 15 ahora mismo. Sí, también hay días en los que se me acumula el trabajo escribiendo para otros y me quedan pocas ganas de hacerlo para mí. Pero me organizo porque sé que el blog es lo que me ayudar a vender mis servicios. No puedo ni quiero dejarlo de lado.

Soy consciente de que lo podría mejorar haciendo ciertos cambios, pero también sé lo que no quiero hacer. Leo blogs de temas relacionados y veo clarísimo que no son como el mío ni quiero que lo sea. Prefiero que refleje aquello en lo que creo porque es lo que intento transmitir también en mis libros y clases. Tengo muy claro que no se puede gustar a todo el mundo ni lo pretendo. Después de tantos años por la blogosfera sé que hay todo tipo de personas paseándose por aquí.

Si eres de los que solo leen mis posts sin dejar mayor huella que un número en las estadísticas, ¡un saludo! Si te animas a romper el silencio y decirme «hola» en los comentarios o en redes sociales, ¡no te lo pienses dos veces! En cualquier caso, gracias por estar ahí y hasta mi siguiente post.

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